En el conocido Templo de los Frescos de Tulum, en México, los arqueólogos Landa, Roys, Cogolludo y Redfield descubrieron -casi me da vergüenza escribirlo- ¡Dioses-Abejas!
Figura 1. Un Dios-Abeja, según los arqueólogos conservadores. Extraño ser en Tulum, México. ¡Extrañísima abeja! ¿No creéis?
Según los arqueólogos ortodoxos, este ser representa a una Deidad representante de la humanidad, que espera la miel. En consecuencia, la sabiduría. No obstante, vayamos a las fuentes primarias escritas. En la literatura, no hay nada referente ni a la jerarquía de las abejas ni al estado de las mismas; únicamente se menciona que las <<Ah-Muzencab>> eran abejas enormes que dominaban -como es lógico- a las demás.
Se trata de un ser (con toda la seguridad ninguna abeja) recostado boca abajo, con los brazos esparrancados y mirando hacia el suelo, como si tratara de llevar los mandos de un ingenio volador. Sus pies, con zapatos (?¿) dan la impresión de estar accionando unos pedales. A su vez, aparece de nuevo, como en muchas representaciones, pinturas rupestres y grabados, ¡la serpiente-dragón! ¿Símbolo de viajes estelares? Los dragones asoman la cabeza por lo que parece ser un tubo de escape. Fijaos como… ¡alrededor del dios-abeja aparecen un sinfín de motivos y detalles técnicos que están totalmente fuera de lugar en la colmena! ¿Podrá alguna persona que no lleve anteojeras interpretar esta figura como un dios-abeja?
¡Sí, si los talentosos mayas lo hubiesen deseado, hasta habrían sido capaces de hacer aparecer por encanto un dios-abeja que hasta hoy estaría zumbando en los oídos de estos inteligentes caballeros! (véase figura 1)

Figura 2. El «Dios-Abeja» encontrado en el Templo de los Frescos, Tulum, México.
Sigamos. En el códice maya más importante del Museo de América de Madrid, el Codex Tro-Cortesianus, se encuentra también un dios-abeja.
Figura 3. ¡Este monstruoso ser con dos bombas también cae bajo la denominación de dios-abeja por parte de los arqueólogos ortodoxos! ¡Véase el símil entre los cohetes modernos y los extraños objetos que porta el monstruo!
También ahí vemos un ser monstruoso boca abajo, de nuevo con los brazos esparrancados, a la espalda, dos bombas de clásico diseño provistas de anchas cintas y con mecha detonante. Del dios-abeja de Madrid se puede decir sin lugar a dudas; ¡no son bombas, son alas de abeja! (nótese el sarcasmo) ¿Qué parecido puede existir entre una ala de abeja y una bomba? ¡Si soy franco, no alcanzo a comprender que hayan dioses-abeja zumbando en la literatura maya como monstruos técnicos!




Pues ahora creo entender el por que de que algunas calles de Washintong (almenos una claramente) tenga la forma de una abeja enorme forada por sus carreteras y caminos.
* formada por sus carreteras y caminos.